No desperdicies tu vida, segundo resumen
Esta semana continuaremos con algunos fragmentos que he destacado de este maravilloso libro. Les compartiré de los capítulos seis, siete y ocho, aunque el libro contiene diez capítulo. Si no pudiste leer a introducción y el resumen de los primeros cinco capítulos, te invito a que lo hagas accediendo aquí.
Capítulo 6 Lograr con regocijo que otros encuentren gozo en Dios
Si siempre vemos las fallas y ofensas de los otros y los tratemos con rudeza, es muy probable que no hallen el gozo en Dios.
Una conciencia limpia y libre nos permite ver mejor a Dios y nos libera para disfrutar de Él.
Al buscar gozosamente que otros se gocen en Dios… los amamos y honramos a Dios. Esto es lo opuesto a una vida desperdiciada.
Capítulo 7 probemos que Dios es más precioso que la vida misma
Para hacer que otros se gocen en Dios con gozo eterno, nuestras vidas deben mostrar que Él es más precioso que la vida misma.
Porque mejor es tu misericordia que la vida, mis labios te alabaran. Salmos 63.3
La misericordia y la generosidad satisfacen más que el egoísmo.
Que tu vida tenga significado, que cuente para algo más que la comodidad y el éxito terrenal. Que cuente para algo eterno, que exalte a Dios.
Ah, cuántas vidas se desperdician porque se cree que la vida cristiana significa simplemente evitar el mal y cuidar la familia. No hay adulterio, ni robo, ni fraude, ni estafa, solo trabajar duro durante el día…y asistir a la iglesia los fines de semana. Esta es la vida que llevan millones de personas… fuimos creados para más, mucho más.
Que tragedia es ver tantos jóvenes obsesionados por la ropa que vestirán o por su aspecto.
Capítulo 8 nuestra jornada de ocho a cinco es para la gloria de Dios
Tú no desperdicias tu vida por dónde trabajes sino por cómo y por qué lo haces.
Lo secular no es malo, sino estratégico.
La gran mayoría de cristianos vive en el mundo y trabaja entre los no creyentes.
La biblia dice claramente que la voluntad de Dios para su pueblo es que sea esparcido como la sal en todo el espectro de las vocaciones seculares. Comunidades de cristianos que trabajan solamente con cristianos y vivieran entre ellos no lograrían el propósito de Dios para el mundo.
Cuando nos convertimos no debiéramos concluir: debo cambiar de empleo. En lugar de eso debemos pensar: Dios me puso aquí y ahora debo mostrar su gloria en este empleo.
Dios no nos creó par que estemos ociosos.
La piedad personal alimenta el trabajo de la vocación secular en lugar de afectarlo negativamente.
No debemos trabajar solo con la vista puesta en las cosas perecederas que podemos comprar con lo que ganamos. Es necesario trabajar con la mirada puesta en algo más que el dinero, observando la utilidad y el beneficio que podemos brindar a otros con lo que hacemos.
Nuestro trabajo secular puede convertirse en una bendición que glorifique a Dios ante el mundo si buscamos dedicar las ganancias que no necesitamos para nosotros (y en verdad necesitamos mucho menos de lo que pensamos) y cubrimos las necesidades de otros en el nombre de Jesús.
El que labra su tierra se saciara de pan. Proverbios 12.11
El trabajo secular no es un desperdicio cuando glorificamos a Cristo en nuestra jornada laboral de ocho a cinco.