Vas a llegar a tu destino
Un jueves en la noche me encuentro de camino a un connect group de la iglesia al cual asisto cada semana para estudiar la Biblia. Normalmente siempre llegaba pasada la hora de inicio por compromisos laborales, pero esta vez no, esta vez sería diferente (al menos eso es lo que pensaba). Cuando estoy de camino me encuentro con un tráfico enorme, evento inusual en la ruta de camino a la casa de la joven en donde se realiza este estudio bíblico. Después de haber pasado 15 minutos estancada en un tráfico y al punto ya de molestarme, me detuve y decidí hacerle a Dios la siguiente pregunta: ¿Qué quieres enseñarme por medio de esta situación?
Para mi sorpresa Dios me habló justamente en relación a lo que estaba sintiendo en el momento. Fue como si Dios estuviera al lado mío en el asiento del pasajero cuando escuché que me decía: “Karen, sé que te sientes estancada ahora mismo, pero te aseguro que vas a llegar a tu destino”. Aunque no fue una voz audible la que escuché, estoy segura que fue Dios quien habló a mi corazón en ese momento porque sólo el que me formó en el vientre de mi madre sabía a profundidad cómo me sentía en ese momento.
No sé si al igual que yo te sientes estancada en algún área de tu vida o simplemente perdida (no tienes idea hacia dónde te diriges o quizás donde te encuentras ahora mismo). En base a mi experiencia te quiero decir que todo estará bien y que no hay nada de qué preocuparse. Quizás ahora mismo nada parecer tener sentido o no se ve tan claro como quisieras pero te aseguro que vas a llegar a tu destino.
Consejos prácticos de camino a tu destino
1-Elige la actitud correcta. ¿Sabes lo que hice después que Dios habló a mi corazón con esas palabras? Puse la canción “Let go” del álbum III the Hillsong Young and Free y empecé a cantar y a “bailar” en mi carro. La actitud que decidas tener de camino a tu destino va a determinar cuán placentero o frustrante será el camino. Está en nosotras ver el lado positivo de las cosas fijando nuestra mirada en Jesús.
2-Presta atención a las señales. Todas sabemos que existen lo que son “señales de tránsito” y éstas nos ayudan a estar alertas de lo que se aproxima con el fin de evitarnos un accidente. Así mismo existen advertencias dadas por Dios con el único fin de protegernos. Aquí te comparto tres (de tantas) las cuales considero importante mantener en perspectiva:
- Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. Proverbios 3:5-6
- Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. Proverbios 21:2
- Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan! Mateo 7:11
Elegí estos tres versos porque sé que nosotras como jóvenes que vivimos en un mundo conformado a la idea de lo “instantáneo” podemos vernos tentadas en muchas ocasiones a tomar atajos con el fin de llegar más rápido a nuestro destino. El problema de los atajos es que casi siempre en lugar de ayudarnos a llegar más rápido lo que hacen es que nos retrasan. Dios sabe cómo es mejor, Dios sabe qué había detrás de la puerta que querías abrir pero que El en su misericordia no permitió que la abrieras. Así que la próxima vez que Satanás ponga en tu cabeza la idea de tomar “el camino más rápido” haciendo las cosas a tu manera y no a la de Dios recuerda que Dios ve más allá. Obedecer las instrucciones de Dios SIEMPRE nos librará de accidentes y retrasos.
3- Renuncia a tus expectativas y deja que Dios te sorprenda. A veces no recibimos mejor, porque nos conformamos con menos. Puede parecer increíble pero nos pasa que peleamos y luchamos con Dios en el deseo de obtener lo que hay en nuestro corazón sin darnos cuenta que estamos peleando para recibir menos. Te preguntarás, ¿A qué te refieres con menos? Pues me refiero a todo aquello que conseguimos fuera de la voluntad de Dios sin pedir su dirección para obtenerlo o esperar en El para que nos lo otorgue. Todo aquellos que creemos saber que es lo que más nos conviene cuando en realidad es lo que más nos va a herir y marcar. Deja que Dios te sorprenda con lo mejor ! Puede que no sea lo que tengas en tu cabeza, pero te aseguro que será lo que necesitas y no simplemente lo que quieres…Gran diferencia!