Espera en Jehová
Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
Salmos 40:1-3
UNA TAREA DIFÍCIL
Esperar no es una tarea fácil, requiere paciencia y confianza, requiere prudencia y fe. Estar convencido de que lo bueno llegará y que él tiene el control de todas las cosas debería ser nuestra actitud frente a la vida cada día.
Estuve viendo una película donde una niña en su largo viaje iba mirando por la ventana de un tren y me puse a pensar que así nos pasamos la vida muchas veces: mirando expectantes lo que ha de llegar y otras tantas preocupadas por no tener el control de las cosas. El rostro de la niña y su mirada reflejaban paciencia aunque sus brazos y manos apoyados al cristal denotaban prisa. La niña estaba ansiosa de saber cuándo iba a llegar, pero con limitaciones porque sabía que su trayecto dependía del conductor del tren y no de sus fuerzas o su anhelo por llegar.
Nosotras nos sentimos así cuando esperamos algo y vemos que tarda en llegar. Cuando oramos y la respuesta del Señor no es visible al instante nos sentimos limitadas porque no podemos controlar las cosas y entonces nuestra fe decae.
REFLEXIONA
Hoy es tiempo de reflexionar y recordar cómo estabas hace uno, dos, o tres años atrás. Ahora eres y piensas de una manera distinta. Aunque ha sido larga la espera estoy segura que algo hermoso ha tenido el Señor para ti en cada circunstancia y aun cuando has pasado momentos difíciles o tristes allí también ha estado Dios contigo. No olvides que con las experiencias Dios nos hace más fuerte y valiente.
Cada cosa que nos ocurre en la vida Dios la utiliza para forjar en nosotros el carácter de Cristo y hacernos representantes de su reino en la tierra. Por eso, hoy vamos a mirar el mañana como esta niña mira por la ventana, con paciencia y fe, esperando en él y reconociendo nuestras limitaciones.
DESCANSEMOS EN SU PRESENCIA
En lugar de preocuparnos por cuando se moverá Dios, quédemonos quietas y descansemos en su presencia. Dios conoce el momento perfecto en el cual estemos listas para recibir nuestra promesa así que esperemos pacientemente a que El actúe.
Nuestro recorrido no debe depender de nuestras ganas por llegar sino de la voluntad de Dios porque El es el conductor de nuestro tren.
Romanos 8:25: Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. La esperanza nos conlleva a la paciencia y la paciencia a luchar con amor por lo que esperamos.
Recuerda que aunque la espera, desespera, con Dios vale la pena.