Recordando las respuestas de Dios: Diario de oraciones
El apóstol Pablo nos dijo “oren sin cesar” (1 Tes. 5:17), es decir, en todo momento, de manera constante. Por eso la oración debe ser un estilo de vida en donde hablamos con Dios como a un amigo y le abrimos nuestro corazón. Existen diversas formas de orar, ¿De qué manera lo haces tú? Quiero compartirte mi experiencia personal a través de la oración escrita. He realizado esta práctica durante 15 años.
Me gusta escribir mis oraciones en libretas especiales que compro y aparto con ese fin. Aún conservo algunas de estas libretas donde he escrito mis oraciones. Algunas de sus páginas tienen lágrimas y muchas de ellas tienen fechas de respuestas a esas oraciones. Todo esto ha sido una práctica que ha llenado mi vida de propósito, gozo y fe. Disfruto escribir mis oraciones, sobre todo, me gozo en ese espacio personal cuando lo hago, mayormente escribo por las noches cuando hay quietud, sí, en ese momento deposito mis anhelos, secretos, heridas, alegrías, experiencias, miedos y promesas, confiando y esperando en la respuesta divina. Me encanta escribir mis oraciones porque esto me lleva a pensar cuando Dios dijo a Moisés que era importante “escribir para recordar”…(Deuteronomio 11:18).
El ser humano tiende a olvidar lo que Dios ha hecho en el pasado y es por ello que escribir puede ser una manera de recordar las bendiciones de Dios. La autora cristiana Ellen White señala lo siguiente: “No tenemos nada que temer al futuro a menos que olvidemos lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado”. Cuando olvidamos lo que Dios ha hecho en el pasado entonces nuestros corazones se llenan de angustia, temor e incertidumbre. Nos desesperamos y buscamos respuesta por nosotros mismos a nuestra necesidad, lo cual a veces puede llevarnos a cometer errores.
“No tenemos nada que temer al futuro a menos que olvidemos lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado”. Ellen White
Sin embargo, cuando RECORDAMOS las formas en que Dios nos ha contestado en el pasado, eso nos ayuda a confiar una vez más y mantenernos quietos permitiéndole a Él actuar. Dios nunca cambia, aunque los tiempos cambien, Él permanece, Él es siempre fiel. Por eso pienso…si tan sólo escribiéramos nuestras oraciones! pudiéramos ver y recordar las respuestas de Dios en el pasado, las maneras en cómo nos ha conducido al tomar una decisión, al resolver un problema o al llenarnos de paz en un momento de angustia.
Si meditamos en esto nos llenaríamos de fe en el presente y, sobre todo, caminaríamos nuestro camino hacia el futuro con esperanza y con la total confianza de que Él sigue siendo nuestro guía. Querida amiga, hoy quiero invitarte de una manera especial a escribir tus oraciones, puedes también cultivar un diario y a través de esto recordar que Dios siempre nos ayuda y nos fortalece cualquiera sea nuestra situación, pero sobre todo a recordar cuáles fueron esas oraciones y la manera cómo Dios obró al responderlas.