La bendición de ser madre
¡¡La mejor experiencia del mundo!! Es imposible explicarlo, solo cuando uno es madre sabe lo dichosa y bienaventurada que somos.
Me sorprende mucho la expresión de María cuando se enteró que iba a ser la madre del Hijo de Dios: “Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones”. Lucas 1:47
María es bienaventurada entre todas las generaciones de la tierra. Desde hace mas de dos mil años, todas las generaciones hemos dicho que María es bienaventurada entre todas las mujeres porque de su vientre nació nuestro salvador. Esta bienaventuranza también es para ti. Tus generaciones te dirán bienaventurada.
Tenemos el privilegio de dar vida. A las mujeres se nos ha dado el honor de participar de una manera muy especial en el milagro de la vida. Nuestros vientres son el recipiente del soplo divino que da la vida a un nuevo ser. Cada hijo nacido del vientre de una mujer, es la manifestación de la voluntad de Dios, de que ese nuevo ser le sirva, le adore y le honre.
Un verso que desde mas de dos mil años lo pude entender tan perfectamente fue en el momento que me encontraba en una sala de hospital esperando junto a mis esposo por más de 32 horas dar a luz a nuestro hijo Sebastian. El sufrimiento, dolor, desespero y la angustia que se apoderaron de mi alma durante horas, fueron disipados casi instantáneamente con el pequeño llanto de un hermoso bebé que con su tierno abrazo me hizo entender que la espera y el dolor valieron la pena. Esta sensación es difícil redactar en una hoja de papel y sólo lo puede entender el corazón de una madre.
El dolor a la hora de dar a luz son esas doce piedras en el fondo del Jordan señalando un milagro llevándose a cabo. Ese recuerdo es el motor de una madre que vive creyendo que sus ojos verán el hermoso desenvolver de los planes que Dios tiene para con sus hijos, suficiente combustible que motiva y mueve nuestro ser para dar lo mejor cada día y educarlos de la mejor manera.
Dar una buena crianza a nuestros hijos es muy difícil y más aún cuando la sociedad nos ofrece muchas cosas a cambio de descuidar nuestros hijos. Cuando descuidamos a nuestros hijos, sin darnos cuenta destruimos el futuro de nuestra sociedad, que guarda su esperanza en la buena crianza familiar.
CONSEJO
Si tienes que trabajar y además criar a tus hijo pide fuerza y sabiduría al Señor sin desistir en lo importante. Aunque estés desvelada o cansada, sigue educando y formando a tus hijos. No hay mejor satisfacción en la vida que ver a tus hijos ser exitosos, felices y temerosos de Dios. Es una bendición ver a tus hijos vivir en el propósito hermoso que nace en el corazón de Dios transmitido a una generación por medio de los labios sabios de una madre que ama sin condición y desea lo mejor para sus hijos.
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Proverbios 22:6