Nueva Temporada
Hace dos semanas que empezó la primavera. La primavera es una de mis estaciones favoritas del año porque representa cambio, esperanza, y belleza. Uno de los factores naturales que siempre he notado que va de mano con la primavera es la lluvia.
Una vez que la primavera llega empieza a llover de manera seguida por unos cuantos días. La lluvia es parte del proceso de crecimiento de las flores, lo que la hace parte vital de esta estación.
De la misma manera sucede en nuestras vidas, necesitamos de lluvia para poder florecer. Me gusta ver la lluvia en diferentes formas, entre ellas como una representación de días tristes/oscuros, desesperanza, falta de fe, desánimo, frustración, enojo. Cada uno de estos sentimientos forjan el fruto que se dará en una nueva temporada. Sin la lluvia las floreces no crecerían hasta convertirse en un paisaje hermoso para el disfrute de la humanidad. Sin las circunstancias difíciles en tu vida no crecerías para convertirte en lo que Dios quieres que seas: una joven conforme a su corazón.
Cambio
La temporada de primavera representa cambios en muchos aspectos. Por ejemplo, en los Estados Unidos representa el comienzo de un clima menos frío y más agradable, y representa una extensión de la claridad del día.
Lo mismo sucede en cuanto a los cambios en nuestras vidas. La mayoría son incómodos, y nos llenan de temor pero al final son el resultado de algo valioso, de algo hermoso. Es en el “not yet” donde Dios nos prepara para poder tener el carácter necesario antes de promovernos al próximo nivel.
Esperanza
En la primavera el sol se acuesta tarde comparado con la estación de invierno. Los días son más claros y hasta se sienten más largos. En nuestras vidas los cambios que Dios permite es para un bien mayor. Se podrá sentir diferente al principio pero al final vale la pena.
Belleza
Las bellas flores que se pueden apreciar en primavera son el resultado de la antesala de días grises, días oscuros. Así mismo, las bendiciones de Dios para tu vida puede que tengan como antesala cicatrices, desesperanza, ganas de tirar la toalla.
Te encuentras simplemente en una etapa de tu vida…no es final!
A la primavera le precede lo gris e incierto. A las bendiciones que Dios tiene para tu vida le precede circunstancias inesperadas que te van a forjar en convertirte la “belleza” de la siguiente temporada.
Todo lo que Dios hace lo hace hermoso en su tiempo (Eclesiastés 3:11). La espera es necesaria porque es ahí en donde Dios está forjando a través de cada circunstancia una mejor versión de ti. Abraza este tiempo de crecimiento donde sea que te encuentres y recuerda que lo puede parece ante tus ojos lo peor en las manos de Dios tiene un propósito eterno que obrará para tu bien. Confía…Dios sabe lo que hace !