¡Ayuda! No tengo ganas de leer la biblia ni de orar
Últimamente me he sentido desmotivada en todo sentido: oración, lectura de la biblia… No sé por qué me pasa eso pero de momento estoy muy bien y enfocada y de repente “se van las ganas”. Yo sé que está mal pero muchas veces siento que si estoy enojada o triste no debería estar leyendo la biblia pues mi mente está enfocada en lo que me hizo molestar o algún sentimiento “no correcto” como para detenerme a leer.
¿Qué se puede hacer en esos casos? O sea, ¿Cómo puedo siempre tener el enfoque de hacerlo sin importar el estado de ánimo?
Lo que acabas de leer fue un correo que recibí hace algún tiempo de una querida amiga. Ella es una joven muy enseñable y lo suficientemente humilde como para buscar ayuda. Sin duda, perder el interés por las disciplinas espirituales es algo que en algún momento y en diferentes medidas afecta a todo creyente. Las damas tenemos a nuestra contra los vaivenes hormonales que juegan con nuestras emociones y energías. Sin embargo, debemos practicar el dominio propio.
A continuación, te comparto lo que le respondí:
A ver… primero, la vida cristiana es una lucha, no importa cuán enfocada estuviste ayer, tu nivel de comunión y enfoque es el que tienes hoy al ser guiada por el Espíritu Santo (cosa que se dificulta cuando no leemos la Palabra y oramos). Por eso es que estamos necesitadas cada día del Señor, porque apartadas de Él no podemos hacer nada (nada que le agrade, honre y glorifique realmente).
Segundo, en esta lucha, en esta batalla, Satanás es nuestro enemigo… Tenemos que conocer al enemigo para poder hacerle frente. Nuestro adversario el Diablo anda buscando a quien devorar (1 Pe 5:8) y así es que el nos quiere, sin ganas de buscar al Señor en oración y en Su palabra. No necesariamente tenemos que estar descarriadas, el se conforma con que no estemos en comunión con Dios… Hay una frase que dice que “cuando no tengas deseos de leer la palabra, es ahí cuando mas necesitas hacerlo”.
Satanás juega con tu mente y emociones diciéndote que no deberías estar leyendo la biblia pues tu mente está enfocada en lo que te hizo molestar o algún sentimiento “no correcto” ¿Sabes qué? ES UNA MENTIRA, porque él es mentiroso y padre de mentiras (Jn 8:44). Él empieza a hacerte sentir culpa porque es un acusador (Ap 12:10) y te quiere lejos del Señor. ¡No se lo permitas! Reconoce sus ataques y defiéndete con toda la armadura de Dios (Efesios 6, échale una leidita).
Tercero, hay situaciones que nos hacen molestar o nos entristecen, y eso no es pecado. Más bien háblalo con el Señor. Date cuenta que, por ejemplo, los Salmos están llenos de tristezas y enojos. Pero, ¿qué hicieron estos salmistas? Llevaron sus cargas al Señor en oración, no se alejaron de Él, más bien abrieron sus corazones al Señor con sinceridad, descubrieron sus sentimientos, no para dejarle saber a Dios, pues Él sabía como ellos se sentían, Él sabe cómo tú te sientes. Derrama tu corazón delante de Él. Dile: “Señor, no tengo ganas de hablar contigo”. Pero ya estarás hablando con Él 😉
Ahora, si lo que te entristece o molesta es algún hecho pecaminoso que cometiste (si, porque al creyente verdadero le duele pecar, se molesta consigo mismo cuando cae) ve al trono de la gracia donde hallarás misericordia, confiesa tus pecados y RECIBE PERDÓN (importante esto, pasa que Dios nos perdona y nosotras mismas, no). Dios no miente y Él prometió limpiarte de tus pecados cuando los confiesas en oración (1 Jn 1:9). Cree que así será.
Otra cosa útil, pide al Señor que te dé dominio de tu ánimo. Eres tú quien decide cómo reaccionar y sentirte… El estado de ánimo, importa muchísimo, y te abrirá hermosas oportunidades o te limitará un montón. Créeme, he dejado de participar en eventos y momentos especiales, solo porque “estoy triste” (muchas veces por razones muy insignificantes) y al final fui yo quien se perdió del disfrute y de tener un día lleno de gozo. La tristeza, el enojo, la ansiedad, la preocupación, nos consumen… Sin embargo, Jesús vino para darnos vida en abundancia (Jn 10:10), para que vivamos a plenitud.
Ve a la presencia del Señor, y ya verás cómo fluirá y retomarás tu comunión.
En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.
Salmos 16 :11
¿Cómo puedo siempre tener el enfoque de hacerlo sin importar del estado de ánimo?
Una respuesta practica y simple puede ser (y me hablo a mi misma con esto):
HAZ DE TU COMUNIÓN CON DIOS UNA PRIORIDAD
Si es importante para ti, lo harás a toda costa.
Otra cosa práctica es el siguiente ejercicio, haz varias listas: una con los todos los beneficios que obtienes cuando lees la palabra y oras a Dios. Otra con las desventajas, o consecuencias (espirituales, emocionales y hasta físicas) de no tener tu tiempo con Dios y una tercera con las cosas que causan que pierdas el enfoque, para que identifiques con exactitud cuáles son. Examina esas listas y preséntalas a Dios en oración.
No eres la única a quien le pasan estas cosas. Pero como creyentes debemos PERSEVERAR. Aunque el ritmo sea dos pasos para adelante y uno para atrás, debemos mantenernos avanzando.
Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse.
Proverbios 24:16
Por último, las distracciones también son pésimas, a veces estamos tristes porque tenemos una semana sin el devocional, y creemos que no lo tenemos por la tristeza, pero la raíz son las distracciones…
Pidamos al Señor que nos ayude. Pidamos templanza, dominio propio y gozo. (Gozo es una palabra muy importante en la carrera cristiana). Pidamos ser mas como Jesús.
Te quiero mucho, las penas son más fáciles de cargar cuando se comparten… Gracias por hacerlo. El Señor cumplirá Su obra en ti (Fil 1:6) Haz crecido muchísimo y lo seguirás haciendo.
Espero haber podido ayudar.
Jatnna
*** *** *** *** ***
Hace poco hablé con aquella amiga y le comenté que esa conversación que tuvimos pudiera ser un post que sirva de ayuda a otras y que estaba considerando publicarlo (y como han leído, así lo hice). Además, le pregunté si, desde su propia experiencia, quisiera agregar algo más. Me dijo que lo único que añadiría es lo mucho que le sirvió contarlo a alguien de confianza y no quedarse sola con esa lucha. Ella dijo:
“La mente es peligrosa y no sabemos cuando esos sentimientos puedan llevar a la depresión, aunque una sea cristiana… Es bueno detectar a alguien que pueda ayudar o dar consejo en momentos así, no quedarnos con eso dentro”.
¿Y tú? ¿Has luchado o estás luchando con el desánimo y la desmotivación? ¿Te has alejado de Dios?
Nos encantaría que compartas en un comentario qué te ha ayudado a salir adelante.