Lecciones para combatir la ansiedad
Intranquilidad, angustia, preocupación, estrés, miedo, nerviosismo. Todas estas palabras se pueden experimentar en temporadas de ansiedad. Porque para ser sinceras, en estos tiempos tan inciertos y de tanta prisa, quién no se ha sentido ansioso alguna vez.
Es normal sentir cierto nivel de ansiedad ante nuevas circunstancias y situaciones retantes: tomar un examen, tener una cita, un diagnóstico de enfermedad, cambiar de etapa en la vida o irse a vivir a otro país. Pero la ansiedad excesiva llega a nuestras vidas y las descontrola. Nos produce síntomas físicos y psicológicos entre los cuales están:
- Nerviosismo
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
- Aumento del ritmo cardíaco
- Respiración acelerada
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de debilidad o cansancio
- Ganas de comer desmedidamente
- Tics nerviosos
- Panico
- Pensamientos negativos
- Aislamiento
- Insomnio
- Angustia
- Etc.
Siempre es bueno recordar que los trastornos de ansiedad son reales, y ayuda tratarlos con un profesional de la salud mental. Pero sobre todo, debemos trabajar con nosotras mismas y ejercitar nuestras mentes en la verdad sobre Dios. Aquí te comparto algunas cosas que olvidamos del carácter del Señor y que son un bálsamo para nuestras almas en momentos difíciles y ansiosos.
Dios está en control. Él es soberano y en Su soberanía pasará solo lo que Él ha determinado. No podemos cambiar aquello de lo que no tenemos control. Como seres humanos somos frágiles y nada depende de nosotras. Pero sí debemos depender en el Dios poderoso, quien hizo el cielo y la tierra y está al tanto de los más mínimos detalles de mi vida y de la tuya. Nada sucede sin que Dios lo permita.
Dios está conmigo. Ninguna dificultad nos aparta de Su amor. Él no nos desampara ni nos deja solas. Su presencia nos acompaña y nos da paz y descanso.
Dios es mi refugio y fortaleza. Entender eso nos hace sentir protegidas, pues qué mejor refugio que Dios mismo. En él estamos amparadas, seguras, cuidadas y a salvo. Dios nos cuida como a la niña de sus ojos y nos resguarda bajo las sombras de sus alas.
Dios provee lo que necesito. Como escuché decir a un predicador mexicano recientemente, “Dios proveerá el milagro, la fortaleza, la sabiduría, la gracia, o lo que sea que me haga falta. Él tiene muchas soluciones y ofrece la que es mejor para mí, para esta temporada.” Dios te dará lo que requieras para enfrentar la situación que enfrentas.
Además, es apropiado recordarnos que:
Los cambios van a llegar. Debemos adaptarnos a ellos con paciencia.
No debo sufrir por adelantado ni preocuparme por cosas que quizás nunca acontezcan.
Vive el presente y haz lo que se te requiere ahora.
Las crisis son pasajeras. Dios es eterno.
Finalmente, te reto a memorizar los siguientes versículos, esperando que tu mente se sature de la verdad de la palabra y tu fe se afirme sobre la roca inconmovible.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Fil 4:5-7
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Pe 5:7
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Mt 10:29-31