Facebook, mi corazón, y mi relación con Dios.
¿Por qué ella tiene mas “me gusta” que yo? I mean, esa foto no quedó tan bonita que digamos. ¿Por qué ella puede tener “you name it” y yo no? Soy “buena persona”, amo al Señor, ¿Por qué mi vida no es tan interesante como la de ella? ¿Les parece familiar estas preguntas? ¿Alguna de ustedes se sintió culpable mientras leía alguna de ellas? Nota: si tu respuesta fue no, la semana que viene estaremos hablando sobre la mentira, así que no te pierdas el post lol (bromeo). Continuemos…
Estas preguntas son algunas de las razones por las cuales decidí desactivar mi cuenta de Facebook a principio de este año. Más que ser una herramienta en donde yo pudiera ser bendecida por medio de la vida de otros y bendecir a otros se estaba convirtiendo en una herramienta que me estaba llevando a sentirme no conforme con quien soy y la etapa en donde Dios me tiene. Vamos a añadirle que se estaba convirtiendo en una adicción ya que pasaba demasiado tiempo en esta red social.
No es fácil compartir con ustedes acerca de las verdaderas razones detrás de la decision de renunciar temporalmente al uso de Facebook, sin embargo he aprendido que:
No puedes sanar lo que escondes. Cornelius Lindsey
Lamentablemente vivimos en una sociedad en donde siempre queremos presentarle a otros una versión disfrazada de nuestras vidas en donde “todo” siempre está bien y no hay nada de qué preocuparse. La realidad es que siempre hay áreas de nuestras vidas que necesitamos mejorar, cambiar, y Facebook en su momento se convirtió en una de esas áreas en mi vida. Si no somos honestas acerca de aquellas área de nuestras vidas de las cuales necesitamos ser “rescatadas” siempre seremos esclavas de ellas.
El problema con las redes sociales es que si nos descuidamos nos pueden llevar a crecer un corazón no piadoso y a depender de la opinion de otros (a veces personas que ni conocemos) en cuanto a nuestro valor. ¿Te diste cuenta que escribí “si nos descuidamos”?, y es que si tu prioridad es Dios, conoces quién eres en El y confías de todo tu corazón que Dios quiere darte lo mejor, las redes sociales no deberían ser un problema en lo absoluto.
Quizás te estás preguntando cómo es esto, bueno vamos a tratarlo por parte:
Dios como tu prioridad.
Las redes sociales sin duda alguna se pueden convertir en un ídolo en nuestra vida. Nos pueden llevar a descuidar ese tiempo de intimidad con Dios en donde leemos su palabra, oramos y le alabamos por quién es el El y lo que ha hecho en nuestras vidas. Es importante que te detengas de vez en cuando y analices si Dios ha pasado a un segundo plano por el uso desmedido de las redes sociales o de una en específico. Sino es el caso pues ya tienes una batalla ganada, pero si lo es, será necesario que empieces a tener control del tiempo que inviertes en ellas y reducir las horas que le dedicas al día. Si la ocasión lo amerita dejar de usarla/s por un tiempo puede ayudar.
Tu identidad en Cristo
Les ha pasado que en su momento han sido expuestas a pensar que su valor y concepto de quienes son depende de cuantos likes reciben en las redes sociales o cuán populares son en las mismas. Recuerda que has sido maravillosamente creada por un Dios perfecto que dice que eres, aceptada, perdonada, redimida, y amada mucho más de lo que puedes imaginar. No dejes que varios “me gusta” o la ausencia de ellos determinen tu valor y como te ves a ti misma. Dios te ha dado un valor que nadie te puede quitar. Se libre en esa verdad.
Tu confianza en Dios
Cada persona es única, por lo tanto cada quien tiene propósitos diferentes en los planes de Dios. Nunca compares tu situación actual a la de alguien mas. Dios tiene un tiempo diferente para cada persona, y planes también. Además no conoces por cuales cosas ha tenido que pasar la persona a la cual te estás comparando para llegar a donde esta. Existe la posibilidad que si Dios te diera las mismas batallas que le ha dado a esa persona no hubieras pasado la prueba. Aprende a contentarte cualquiera que sea tu situación (Filipenses 4:11), y a confiar que Dios no se equivoca y que el conoce cuándo y cómo es mejor.
Analicemos…
- ¿Eres de bendición a otros a través de lo que compartes en las redes sociales?
- ¿Reflejas el carácter de Cristo por medio de lo que compartes, le das like, o comentas en las redes sociales?
- ¿Pasas más tiempo en las redes sociales que leyendo la Biblia u orando?
- ¿Tiendes a compararte con otras chicas?
- ¿Las redes sociales son una herramienta que hacen que nunca te sientas conforme contigo misma o en donde te encuentras?
Si tu respuesta fue SI a algunas de las últimas tres preguntas y NO a algunas de las dos primeras, entonces es necesario que hoy mismo te detengas y tomes medidas al respecto. Si por el contrario tu respuestas fueron SI a las dos primeras preguntas y NO a las tres últimas, sigue haciendo buen uso de las redes sociales. El mundo necesita más chicas como tú 😉
Podemos concluir que el problema en sí no son las redes sociales, sino nuestro corazón y dominio propio a la hora de hacer uso de ellas. Socialicemos sabiamente.