Un Ejemplo de Vida
Hoy quiero compartir contigo sobre la vida de una mujer virtuosa que ha marcado mi vida y por la misericordia de Dios lo sigue haciendo. Estoy segura que al igual que yo, Dios te ha concedido mujeres de bendición que han sido ese ejemplo bíblico de lo que Dios espera de nosotras. Debemos aprender a dar gracias a Dios y orar por la vida de estas mujeres, ya que su ejemplo es una prueba de que no es imposible ser, mientras estamos aquí en la tierra, lo que Dios nos ha llamado a ser: mujeres de bien. Muchas de ustedes la conocen, otras no, pero a través de lo que te voy a compartir de su vida, es mi oración que seas motivada a seguir su ejemplo, sea que la conozcas o no.
La persona de la cual te quiero hablar se llama Librada Moreta. Ella es una amiga y hermana cercana a mi familia y muy querida por nosotros. Desde temprana edad recuerdo siempre admirar la forma en cómo ella vive su vida, y es que ¿Cómo no asombrarme cuando no es algo que se ve todos los días, ni en todas las personas? Hay un sin número de cualidades que destacan su estilo de vida, sin embargo por ahora, quiero hablarte de aquellas que anhelo imitar.
Librada me inspira y motiva a…
Amar a Dios sobre todas las cosas
Lamentablemente soy de esas personas que cuando su estabilidad económica, emocional, o física está “en peligro” su relación con Dios disminuye. Muchas de nosotras amamos y bendecimos a Dios según cuán estable está nuestra vida, pero Librada no. Alrededor de dos años atrás ella ha estado luchando con una enfermedad la cual a cualquiera alejaría de Dios o le haría cuestionar su amor. Sin embargo, Librada es de esas pocas personas que ha aprendido a bendecir a Dios en todo momento. Recuerdo que en una ocasión mi familia y yo la fuimos a visitar y en todo momento durante el tiempo de la visita ella hablaba de Cuán grande es Dios y Cuán grande es su amor por ella. Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. Salmos 34:1
Ninguna circunstancia, ni siquiera cáncer, se ha convertido en una barrera entre ella y su Dios.
Amar a mi prójimo como a mi mismo
Desde mi punto de vista, padecer de cáncer puede ser una razón suficiente para victimizarnos y pensar sólo en nosotras, nunca ha sido el caso de Librada. Me sorprende cómo una persona puede preocuparse por el bienestar de otra, e inclusive despojarse de lo suyo propio con el fin de bendecirle aún estando en esa condición. Definitivamente Librada es una muestra de lo que debería ser un creyente una vez que el amor de Dios ha sido derramado en su corazón. “Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. Romanos 5:5
Dar a conocer a Cristo
Otro recuerdo valioso que tengo de la visita que le hicimos a Librada es su pasión de dar a conocer a Cristo. Recuerdo que en medio de nosotros (las personas que la fuimos a visitar ese día) había un no creyente, y aún cuando ella no se sentía bien físicamente, ella no desaprovechó la oportunidad de dar a conocer a Cristo. Aún cuando ya ha pasado un largo tiempo de nuestra visita recuerdo el entusiasmo en su rostro al compartir a Cristo.
Estoy convencida que todo lo que hace la vida de mi amada amiga y hermana, Librada Moreta, ser diferente es su amor y pasión por Cristo. Es haber llegado a ese punto de dependencia en Dios, en donde su voluntad ya no existe, pero la de Dios. Es haber entendido que su hogar está en los cielos, por lo tanto, su mirada está puesta en las cosas de arriba.
Librada ha comprendido que todo le pertenece a Dios, y sea agradable o no lo que podamos atravesar, es nuestro deber bendecirle.
Honestamente no sé si algún día podré llegar a amar a Dios con la misma intensidad que ella lo hace, pero mientras prosigo a la meta, mantengo en perspectiva su ejemplo como muestra de que sí se puede…Podemos llegar a amar a Dios con toda nuestra mente, alma, cuerpo y corazón.