¿Por qué te abates, oh alma mía?
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. Salmos 42:5
Cuando oímos la palabra tristeza lo asociamos a un sentimiento negativo que va de la mano con el dolor. La tristeza se manifiesta en diferentes niveles:
- Físico: Cuando expreso mi dolor a través del llanto, falta de apetito, y dificultad para conciliar el sueño.
- Mental: Cuando me cuesta dejar de pensar en el evento que me causa dolor o insatisfacción.
- Conductual: Cuando me cuesta realizar o no realizo las actividades cotidianas y pierdo interés en compartir con familiares y amigos.
Lo real es que el dolor que puede producir una ruptura amorosa o de amigos, el fracaso, y la pérdida de un ser querido nos lleva a experimentar uno de estos tres niveles o a veces una combinación de los tres.
¿Es normal experimentar uno de estos síntomas? ¡Si! ¿Es la tristeza necesaria? ¡Si! Me dirás: “Yo no le veo nada positivo a la tristeza” Pues te diré que la tristeza es necesaria para poder canalizar el dolor causado, procesarlo y aceptarlo de manera que inicie el proceso de sanación y aceptación. Por esta razón es útil la tristeza porque te permitirá procesar el evento y sanar correctamente.
Ahora bien, hay personas que necesitan de un amigo, familiar, o consejero para superar ciertos tipos de pérdidas o desilusión. Si eres de la que necesitas a alguien a tu lado que te guíe durante tu duelo: es válido. Busca a una persona sabia y confiable que te acompañe en ese proceso. !Es IMPORTANTE el proceso del duelo! Y con esto no me refiero solo a la pérdida de un ser querido, sino a todo lo que en su momento te podría provocar dolor y te lleva a un estado anímico de tristeza. De la única manera que cerrarás ciclos dolorosos en tu vida es tomando el tiempo necesario para sanar.
¿Que pasa si no me tomo el tiempo necesario para sanar?
Si evitas el periodo del duelo, esa herida seguirá abierta y cuando te pase algo similar te va a doler doble y vas a comenzar a ver los eventos de la vida que están relacionado a tu dolor de manera distorsionada, lo que te llevará a una desesperanza. Te tomará mucho más tiempo sanar o experimentarás una tristeza prolongada que te podría llevar a una depresión.
Te insto a cuando vengan esos momentos de dolor tengas a Dios como tú refugio. El rey David en sus momentos de tristeza (que fueron muchos) a quien se dirigía para descargar su dolor y frustración era a Dios. Me sorprende como el rey David inició muchos de sus salmos totalmente desesperanzado y cansado de su situación pero a medida que el se desahogaba o liberaba lo que tenia por dentro; en esa misma medida el recordaba lo bueno y bondadoso que Dios había sido con el. David terminaba los salmos con alabanzas y agradecimiento a Dios por su bondad hacia El y con esperanza a que el saldría de ese estado de ánimo con la ayuda de Dios.
Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Salmos 27:13
Al igual que David tienes la oportunidad de acercarte a Dios y desahogarte con Él. Dios siempre estará presto a escucharte y a socorrerte de la misma forma que lo hizo con David. La tristeza es una emoción la cual bien canalizada puede tener resultados positivos.
Si eres de aquellas personas que están lidiando con tristeza o depresión en la actualidad: Te introduzco a Cristo! El ya conoce tu dolor, tristeza, desesperanza y te quiere ayudar a sanar. Necesitas tomar el primer paso de acercarte a Él en oración y pedirle por ayuda. David así lo hizo no fue ignorado, sino que Dios vino a su socorro! “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” Salmos 34:4.
Dios te bendiga!