La cosecha de la obediencia de María (aún en medio de lo inesperado e incierto) hoy es la bendición a través de la cual recibimos salvación.
Prepararon su equipaje, tomaron unos presentes y salieron del oriente hacia Jerusalén guiados por una estrella. Su viaje no fue sin propósito, ellos claramente sabían qué iban a hacer: adorar al Rey que había nacido. Al llegar a Jerusalén se les dijo, luego de una turbada investigación y con una segunda intención, que el Cristo…
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. Salmos 42:5
Somos Karen y Jatnna.
Compartimos lo que Dios nos está enseñando mientras nos conforma a la imagen de Cristo. Nuestro anhelo es que el nombre de Dios sea puesto en alto por medio de este blog y sus vidas puedan ser edificadas en la única roca firme, Cristo.