Enfriamiento Espiritual, parte 2
Responde esta pregunta: ¿Que personaje ficticio falleció por hipotermia en el océano mientras él y su amada Rose esperaban ser rescatados? Exacto, Jack de la película Titanic. Esto es un ejemplo de las graves consecuencias de la hipertermia, o la disminución rápida de la temperatura corporal: esta puede provocar la muerte…
De igual forma, en nuestra vida espiritual debemos cuidarnos de caer en dicha condición porque presentar signos de enfriamiento puede afectarnos a tal punto de alejarnos por completo del Señor. Y como vimos en la primera parte de esta serie, esto puede ocurrir de forma gradual y sin darnos cuenta.
Existen diversas causas que no llevan a volvernos fríos y apáticos con las cosas del Señor y ya vimos algunas de ellas la semana pasada, aunque pueden darse muchísimos factores más, muy particulares. Pero en esta ocasión veamos algunas formas para salir de ese estado y volver a retomar una vida espiritual activa.
Desarrolla una cálida y constante comunión con Dios
Mientras dejamos a un lado la lectura de la biblia y la oración, nuestra vida espiritual desfallece y carece de calor. Sin duda, se necesita retomar la comunión con Dios para estar bien con Él. Anhelar Su presencia con ansias, buscar Su rostro, humillarnos de todo corazón.
Volvernos a Dios es el principal auxilio que debemos aplicar a una urgencia de hipotermia espiritual.
Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré; Mi alma
tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no
hay aguas. Salmos 63:1
Pide al Señor que renueve esa sed por Él, olvídate de la vergüenza o la culpa por haber estado lejos. Dios siempre nos recibe con brazos abiertos y listos para darnos un caluroso abrazo que nos llene el alma.
Acércate a tus hermanos
Mejores son dos que uno… Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? Eclesiastés 4:9-11
Lo diré bien claro y rápido, necesitas personas a tu lado para mantenerte firme en la fe.
No puedes sola.
El enfriamiento espiritual se caracteriza por aislarnos de los demás, tanto física, emocional y espiritualmente. Y esto no colabora en lo absoluto con el problema…
En estos tiempos, la pandemia ha limitado la cercanía con nuestros hermanos en la fe, así que debemos ser muy intencionales en buscar ayuda. Retoma tus relaciones con cristianos maduros que te animen y ayuden a perseverar en la carrera de la fe.
De ser necesario crea tu red de apoyo, personas dispuestas a estar junto a ti, a ser examinada y corregida, pero también alentada y consolada. No te escudes en que nadie te escribe o llama, toma la iniciativa. Asiste a tu iglesia e intégrate, accede a las reuniones de zoom del grupo juvenil o de discipulado, involúcrate en tu congregación.
Pide ayuda, confiesa tu condición y recibe en amor el estimulo espiritual que provee la familia de la fe.
Y si tu estas en perfecta salud espiritual, identifica a aquellos que pueden estar enfriándose, y cumple tu rol como miembro del cuerpo de Cristo de estimular al amor y a las buenas obras a quienes empiezan a tener la costumbre de no congregarse (He 10:24-25). De este modo, imitaremos a los primeros creyentes al perseverar en la comunión unos con otros (Hch 2:41).
Trabaja en tu fe
Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 2 Pedro 1: 5-8
¿Quieres dejar la apatía del frio y la ociosidad espiritual? ¡Ejercítate! ¡Suda!
Los versículos anteriores nos llaman a añadir cada vez más elementos a nuestra fe, no solo te quedes con esta, sino que procura esforzarte para desarrollar un carácter espiritual, que vaya en un crecimiento tal, que no estarás sin fruto. Trabaja tu espíritu, este crecimiento ciertamente lo da el Señor, pero Él desea que le honres colaborando en el proceso.
Finalmente, unas palabras de ánimo
Si estas pasando por esto, recuerda que no estás sola. Tienes Su presencia, Su Espíritu Santo, y tus hermanos en la fe que están para ayudarte. Incluso nos tienes nosotras, si lo necesitas, no dudes en escribirnos pues sabemos que este proceso no es fácil, pero el Señor te sustentará, y no te dejara caída (Sal 55:22).