Enfriamiento Espiritual, parte 1
“La hipotermia es el descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35°C. Lo peligroso de la hipotermia es que no aparece de inmediato, sino que se da de forma gradual ocasionando que las personas posiblemente no se den cuenta que la estan sufriendo hasta que ya es muy tarde.”
En nuestra vida como cristianas pasa exactamente lo mismo. El enfriamiento espiritual no es algo que se da inmediatamente, sino algo que poco a poco va ocurriendo. Muchas veces no nos damos cuenta de que, aunque estamos congregándonos en una iglesia, o sirviendo en algún ministerio, podemos estar en un proceso de enfriamiento espiritual.
¿Qué produce el enfriamiento espiritual?
Sentirnos sobrecargadas y cansadas
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Muchas veces hasta nuestros ministerios que tanto amamos se pueden volver algo cuesta arriba y podemos llegar a sentir que son una carga para nuestras vidas. Esto no significa que el ministerio o el servicio no sea la voluntad de Dios. El problema es que le dedicamos más tiempo a trabajar al servicio de Dios que a pasar tiempo con Él, que sin darnos cuenta llevamos las cargas de nuestro ministerio y de nuestra vida solas, con nuestras propias fuerzas.
La vanidad de este mundo
Como jóvenes también somos arrastradas por la vanidad de este mundo. Nos desgastamos por estar a la moda y encajar en la nueva modalidad de un evangelio diferente el cual disfrazamos de moderno y pintamos con colores extravagantes para ser vistos por todos y que a todos agrade.
Sin embargo, Dios sigue siendo el mismo por toda la eternidad. Dedicamos más tiempo escuchando lo que dicen y piensan los demás y tan poco tiempo buscando escuchar la voz de Dios en oración o lo que Él nos quiere revelar por medio de su palabra. El enfriamiento espiritual toma acción cuando le quitamos a Dios el primer lugar en nuestra vida.
Falta de comunión con Dios
El enfriamiento espiritual viene al no buscar la comunión con nuestro Dios, y cuando no buscamos estar con el Señor, poco a poco las cargas de la vida nos harán sentir cansadas, sobrecargadas y poco a poco vendrá el desánimo y la frustración.
Es por eso que el apóstol Pablo le recomendó a Timoteo que no permitiera el enfriamiento en su vida, pues nadie esta exento de llegar a experimentarlo, sino que avivara el fuego del don de Dios que estaba en él. “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.” 2 Timoteo 1:6
Nosotras como cristianas tenemos que tomar este consejo para nuestra propia vida y lo primero que tenemos que hacer para avivar el fuego es reconocer el enfriamiento de nuestra vida espiritual: ¿Y cómo podemos reconocerlo en nosotras mismas? De la forma en cómo nos manejamos diariamente con nuestros seres queridos es el mejor termómetro para evaluar nuestra vida espiritual.
Te invito a que avivemos el fuego y renovemos nuestras fuerzas en Dios.
“Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29