El y Ella, Parte 2
La semana pasada estuvimos compartiendo dos secciones del capítulo 1 del libro “El y Ella” de Joshua Harris. Esta semana estaremos compartiendo tres secciones del capítulo 4. Lamentablemente no podré compartir con ustedes la interesante historia que este libro menciona acerca de dos amigos (David y Claire), pero si les compartiré como Dios usó su historia para cambiarlos.
¡Dime cómo, dime quién, dime cuándo!
Capítulo cuatro
Nuestra verdadera condición
¿Cuál sería tu reacción si la chica en la que estás interesado responde igual que Claire lo hizo con David? ¿Qué harías si el chico equivocado comienza a interesarse en ti? ¿O, si el chico que debe interesarse en ti no lo hace?
La pregunta respecto a cuándo y con quién debemos iniciar una relación, o en el caso de Claire, cuándo y a quién le vamos a permitir tal privilegio, podría llegar a ser confuso e incómodo. La mayoría de nosotros preferiría no tener que enfrentarse a tal situación. Andar por fe no es nada divertido. Queremos que la incomodidad y el riesgo sean removidos. Y antes de tomar una decisión, queremos que Dios nos revele todo tan claramente como el cristal.
¿Puedes vislumbrar el problema? Nuestra mentalidad es “Dios revélame quién, revélame cómo, revélame cuándo, y luego confiaré en ti”. Lo que Dios quiere que veamos es que, si Él lo hace tal y como lo pedimos, nuestra confianza no sería real. Queremos una respuesta definitiva para no tener que sentirnos vulnerables, débiles, y tener que depender de Él. Pero es sólo cuando reconocemos nuestra verdadera condición; que Dios puede entonces demostrar su fuerza y amor a nuestro favor.
Deseándolo demasiado
La maldad en nuestro deseo, generalmente no radica en lo que deseamos, sino en que lo deseamos demasiado. Juan Calvino
David reconoció su error. El matrimonio era algo bueno, y algo bueno para que el lo deseara. Pero misericordiosamente, Dios estaba usando la difícil experiencia de tener que negarle este deseo, para mostrarle que lo deseaba demasiado. Él había estado depositando su esperanza de felicidad en comenzar una relación de cortejo y casarse, en vez de confiar en Dios para su máxima satisfacción.
Aprendiendo sobre la marcha
Veo muchas cosas que podemos aprender sobre la historia de David y Claire. Permíteme compartir algunas de las que parecen ser más importantes.
Recuerda que Dios está interesado en los detalles del viaje y no tan sólo en el destino final.
David quería finalizar su preparación para el matrimonio; Dios quería revelar los ídolos que había en su corazón. Claire deseaba que Dios bendijera su elección de un esposo; Dios quería que ella sometiera sus emociones a El.
Es un error considerar el proceso de decidir cómo, cuándo y con quién comenzamos una relación, como algo a través de lo cual “debemos pasar”, para poder proceder hacia el cortejo y luego el matrimonio. Dios no tiene prisa. Su interés en todo esto no se limita a llevarnos hacia el matrimonio, Él desea usar este proceso, con todas sus preguntas e incertidumbres, para refinarnos, santificarnos, y aumentar nuestra fe.
No espiritualices más de lo necesario el proceso de tomar decisiones.
En cierta ocasión C.S. Lewis le escribió lo siguiente a un amigo: “No dudo que el Espíritu Santo guía tus decisiones desde adentro, cuando las tomamos con la intención de agradar a Dios. El error sería pensar que Él sólo habla desde el interior, cuando en realidad Él también habla a través de la Escritura, la iglesia, amigos cristianos, libros, etc”. Y aunque primordialmente Dios le habla a los creyentes por medio de su Palabra, Él confirma y nos dirige en muchas maneras diferentes. Pero debemos resistir espiritualizar sobremanera los pasos que Él espera demos al tomar decisiones.
Nuestro romántico ideal de lo que anhelamos en un cónyuge es a menudo diferente de lo que Dios dice que es verdaderamente importante.
La parte que más me gusto de la historia de David y Claire es cuando ella empezó a enamorarse del carácter de David, no de su imagen o personalidad, sino de su carácter. Al principio David no encajaba con su noción romántica de lo que verdaderamente importa en un esposo, pero luego pudo reconocer que El era un hombre a quien ella podia seguir.
Debemos asegurarnos de no permitir que nuestras nociones necias y románticas, nos lleven hasta el matrimonio con una persona que carece de carácter piadoso. Examinemos cuidadosamente nuestro criterio de lo que es un cónyuge, y ver si el mismo está en línea con el criterio de Dios.