María: un ejemplo de feminidad y rendición
Si hay una mujer de las Escrituras que ha trascendido todas las épocas, esta es, sin duda alguna, María, la madre de Jesús. Queremos culminar nuestra serie sobre “feminidad o feminismo” viendo como ella es un ejemplo para nosotras en la actualidad, así como son Ana y Esther.
La vida de María cambió drásticamente de un día para otro. Pasar de ser una jovencita con planes de casarse prontamente a saber que esta embarazada milagrosamente, es un evento único el cual ella asumió con total alegría y disposición.
Como el feminismo ve a María
Hace poco vi en Instagram un vídeo blasfemo y desagradable, en donde una joven feminista leía con vigor y desdén lo que para ella era un poema digno de hacer público. En resumidas cuentas, colocaba a María en una de dos posiciones: O fue una pobre y abusada niña a quien el patriarcado utilizó para sus fines o como alguien que por ser mujer, se hacía sumamente necesaria, porque al final de cuentas los hombres nunca hacen las cosas mejor que las mujeres. Ese era la esencia de aquellas dos hojas de post it que leyó dicha joven a quien, tristemente, Satanás ha llenado de mentiras acerca de Dios.
Y no, María no se hizo la victima ante este llamado de dar a luz al hijo de Dios, por el contrario esto representó un gran privilegio para ella. No fue escogida por ser una débil niña a quien Dios tomó para dañar su cuerpo o futuro por quedar embarazada. Fue un instrumento para gloria del Padre.
¡Gracias a Dios María no abortó por concebir en un momento y circunstancias inesperadas y difíciles!
Por el otro lado, tampoco ella fue esa imprescindible mujer, sin la cual Dios no hubiera podido llevar a cabo Sus propósitos, pues Él todo lo puede y no la necesitaba en lo absoluto. Aun así ella no mostró orgullo o merito alguno, más bien humildad.
Veamos en detalle algunas características de María presentadas en el libro de Lucas que muestran cuan ejemplar es esta gran mujer:
Gracia: María fue escogida para traer al Salvador al mundo, sin ninguna razón aparente. Nosotras también hemos hallado gracia al escuchar el evangelio y ser ahora hijas de Dios. Su favor nos colma de Sus bendiciones. Lucas 1:30
Rendición: “Hágase conmigo conforme a tu palabra“. Esa fue una respuesta de completa rendición. Sin quejas, sin pataleaos. Ella estuvo dispuesta a hacer la voluntad de Dios para Su vida. Y esto fue sin importar las críticas, el rechazo ni ninguna otra consecuencia que esto pudiera ocasionar. Lucas 1:34, 38
Compañerismo y servicio: Al enterarse María que su ya envejecida y piadosa pariente Elizabeth también estaba milagrosamente embarazada, fue a donde ella y permaneció tres meses cuidándola en su última etapa de embarazo. Junto a ella, compartió el gozo de las grandes maravillas que Dios hacia en sus vidas. Lucas 1:56
Alabanza: El magníficat de María o canto de acción de gracias que ella expresó es una prueba de lo mucho que María conocía a Su Dios y una alabanza a Su nombre. Ahí ella reconoce Su santidad, misericordia y gran poder. Lucas 1:46-55
Que esta reflexión nos motive a imitar este ejemplo de feminidad de María. Oremos que Dios reboce nuestras decisiones y acciones con Su gracia y Su favor. Rindamos nuestra voluntad a la Suya con gozo y humildad. Acerquémonos a mujeres como Elizabeth, que honren a Dios y compartamos nuestras vidas, aprendiendo de ellas y ayudándoles en sus necesidades. Y sobre todo, conozcamos íntimamente a Dios y exaltemos con nuestros labios Sus maravillas cada día.
Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Lucas 1: 46-47