Ir a la iglesia el domingo por la mañana, algo más que calentar un banco
Yo me alegré con los que me decían:
A la casa de Jehová iremos. Salmos 122:1
El culto de adoración del domingo en la mañana es el más concurrido de cualquier iglesia. Muchas personas tienen complicaciones para ir durante la semana a alguna reunión de su congregación, sin embargo, reservan las mañanas de los domingos para ir a escuchar de la Palabra de Dios y a alabarle. ¡Eso es grandioso!
De todos modos, en muchas ocasiones no le sacamos mayor provecho a esa oportunidad. Nos levantamos el domingo y como es habitual nos vestimos, tomamos la biblia y salimos al templo, pero no hacemos que esas horas junto al pueblo de Dios sean invertidas para edificación nuestra y de nuestros hermanos.
Tal vez pienses que los únicos con la necesidad de prepararse durante la semana para el domingo o ir fielmente siempre, sean el predicador y los maestros de la escuela dominical y que el resto de la membresía no tiene responsabilidad alguna. Pero esto no es así. Tú, tú pastor, el maestro de escuela dominical, el adolescente, yo y cualquier otro miembro de una iglesia local, estamos llamados a considerarnos los unos a los otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre (Hebreos 10:23-24).
Es por eso que deseo compartirte unos tips bien prácticos para hacer que tu asistencia a la iglesia sea algo más que calentar un asiento.
Llega temprano
¡Crucial! Esto te ayudará muchísimo a ponerte en sintonía con el servicio y la dirección del Espíritu Santo en la reflexión bíblica. Además, tendrás un ánimo más calmado y presto a la meditación si llegas a tiempo, sin prisas ni distracciones. Hablando de distracciones, te doy un bonus, siéntate lo más adelante que puedas si deseas evitar distraerte…
Yo no suelo ser una persona muy puntual, pero he tenido la dicha de poder llegar a tiempo a los cultos del domingo en la mañana gracias a que salgo con unos familiares bien temprano y la diferencia es enorme en comparación a aquellos días que por alguna razón no puedo irme con ellos y llego un poco más tarde de la hora debida. Así que a pesar de lo difícil que pueda ser, levántate temprano a buscar al Señor.
Toma notas del Sermón
Si me conoces sabes que me encanta tomar apuntes. Esto me ayuda a estar más concentrada y a poder repasar lo aprendido. Si escribes en tu celular o en una libreta aquellas cosas del mensaje que te impactan no las olvidarás, así podrás meditar en ellas durante el resto de la semana y tendrás un registro de las cosas que el Señor va hablando a tu vida por medio de las predicaciones que escuchas en tu iglesia local.
Identifica quienes se ausentaron y contáctalos en la semana
¿Sabes lo estimulante que es cuando faltas a la iglesia y te escriben o te llaman para saber de ti? A mí me energiza como no te imaginas. Te sientes especial, tomada en cuenta, apreciada. ¿Entonces, por qué no hacerlo con aquellos que no ves el domingo? Por algo no están ahí. ¿Se habrán enfermado ellos o alguno de sus familiares? ¿Se sentirán mal emocional o espiritualmente? Por alguna causa faltaron. Contáctales para saber y anímalos, es un hermoso acto de amor por ellos.
Y tenemos este mandamiento de parte de él: El que ama a Dios ame también a su hermano. 1 Juan 4:21
Habla, habla y habla
Ya sea en un tiempo de receso o al final de culto trata de conversar con tus hermanos en la fe. Inicia conversaciones llenas de gracia y de interés por ellos. Pregunta por su vida, familia, semana, salud o cualquier otro tema. Mantente atenta a sus opiniones e identifica si necesitan que ores o le ayudes en algo de acuerdo a lo que te expresaron. Este es un recurso que te permitirá bendecir con alguna palabra de ánimo, aliento, exhortación o incluso corrección.
Sal a almorzar con tu familia de la fe
Que se termine la reunión del domingo en tu iglesia no es sinónimo de que dejes de compartir con la familia de la fe hasta la siguiente semana. Puedes aprovechar y salir a comer con alguno de ellos o formar un grupo para almorzar todos juntos. Ya sea que prepares algo en tu hogar o prefieran algún establecimiento público, puedes extender la bendición de compartir tomando la hora del almuerzo para ello. Aquí, pudiera ser que surja algún tema sobre lo escuchado en el sermón o algún otro tópico de interés común. Sea una cosa o la otra, las conversaciones sobre la mesa siempre son amenas, entretenidas y agradables.
Por algo la iglesia primitiva destinaba un tiempo para el Ágape (actividad realizada para compartir comida) para estar en koinonia. No tiene que ser nada costoso, lo importante es pasar un momento de unión y hermandad de manera que se logre desarrollar la confianza y la unidad entre ustedes.
Determina usar tus domingos bien, dejar a tus hermanos edificados y buscar maneras de ser de bendición en el proceso.
¿Tienes alguna otra idea de actividades que se puedan realizar con el fin de que la asistencia a la iglesia los domingos en la mañana sean de provecho? Si es así, nos encantaría leer tus comentarios.